Me descubrí sediento
en este desierto lleno de ti.
Descubrí que en tus besos
esta el néctar que eliminaría mi sed.
Recordé las noches oscuras,
frías y llenas de insomnios que
llevaban tu nombre.
Tú, ausente y tan dentro de mi,
sólo vagabas en mi mente sin tener un fin.
Esta sed ti no se acaba jamás.
Soy preso de tus besos, tus labios
y la magia de tu sonrisa.
Esta sed de ti,
no me deja morir,
pero tampoco vivir.
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