Descubrí en sus labios el veneno más
exquisito.
No pense querer morir en el hechizo
de sus labios.
Y en esos labios, me desvanezco entre versos,
para entrar por su mirada,
desnudar su mente entre letras
para embriagarnos juntos de placeres.
Fue delicia exótica la sonrisa en sus labios;
esos labios que invitan a pecar,
labios que humedecen los versos
que nos llenan de fantasías sin fin.
Y asi, de versos y placeres, se escribe
nuestra locura;
locura llena de magia;
magía desprendida del café de su mirada.
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