Respiro

Soy feliz. Respiro. Vivo cada día a la vez.
No tengo prisa porque se que el tiempo llega
y también se va.

Soy pasajero en este tren de la vida,
en este vagón en el que me ha tocado mi viaje.
No llevo prisa. Mi tren llegará a su terminal.

Disfruto del viaje, del paisaje,
de la gente y sus rostros; de su risas,
sus miradas.

Disfruto de sus historias de amor,
lloro por sus tristezas y dolor.
Este tren no se detiene. V
a rodando sin contratiempo.

Un día a la vez, un respiro, un latido.
Va rodando sobre los rieles;
rieles que crujen por el peso de la historia.
Una historia de todos,
un punto en común en el inmenso infinito.

No llevo prisa y también me ha tocado sufrir.
Ha llovido sobre mis ojos,
sobre mis mejillas han caído tormentas de dolor y de alegrías.

Me ha tocado un asiento polimórfico,
a veces cómodo otras no.
Y en el suave deslizar de este tren,
voy dejando huellas, besos que no volveré a dar,
abrazos que rompieron fríos,
risas que sanaron corazones caricias
que encendieron pasiones y
voces con eco en la eternidad.

He sido abrazado también;
con abrazos de pasajeros que se marcharon en otro tren,
que decidieron cambiar de rumbo.
Pero yo sigo aquí,
aquí me quedaré hasta que mi tren llegue a su fin.
Sólo soy un pasajero más,
no tengo prisa, sé que al final voy a llegar.

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