Mis letras descansan,
pero siguen estando ahí.
Del otro lado de la pantalla,
yo sigo escribiendo por ti.
En la distancia, sin conocerte;
en la cercanía siempre con ganas de leerte.
Tú allá, yo aquí;
distintos lugares, mismo sentir.
Conociéndote en tus letras,
enamorado de alguien que no vi;
sintiéndote desde adentro,
soñando despierto que estoy junto a ti.
Por un tiempo, o para siempre quizás,
seré tu manojo de letras;
quizás tu preferido o quizás no,
pero seré siempre las líneas
de una verso detrás de tus sonrisa.
Voy a seguir escribiendo,
eso no lo dudes; seguiré aquí
sacando de nuestras letras sus virtudes.
Seguiré dando a tu rostro un fresca brisa,
seguiré robando de tus labios una tierna sonrisa.
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