Ella sonríe con la fuerza de un volcán,
aunque sus cimientos estén por derrumbarse.
Sus lágrimas gritan historias llenas de rabia,
de tristeza, de desilusión, de amor y de esperanza.
Ella es el pilar fuerte de una torre que crece
y no tambalea a pesar de los fuertes vientos.
Es la fuerza que empuja sin saber hacia quien
le llevará su caminar, pero sueña despierta
que a un buen lugar ha de llegar.
Ella se ve al espejo y ve en él,
el reflejo de un camino lleno de luchas;
ve líneas que el tiempo a tatuaje en su rostro
y su cuerpo, ve historias que se cuentan por el viento.
Ve la esperanza asomarse por el horizonte y piensa,
tímidamente, en que aún queda mucho por andar.
No existe barrera que le detenga
ni gigante que le asuste;
ella ya venció todos sus miedos
y conquisto el mundo de los sueños.
También podrás leer este poema como colaboración en Poesía Social
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