Tras la portada misteriosa de tu presentacion,
donde tu nombre oculta muchos misterios;
encuentro la sabia bendita del saber,
la belleza escrita en pequeños trozos de papel.
Pequeño, grande, el tamaño no importa;
Divertido, romántico, a veces violento;
guardas en tus alas la libertad del pensamiento.
Te escribo a ti,
tu que me enseñaste a escribir.
Dedicándote estos versos,
libres y atentos; buscando alcanzar
la admiración de tus pensamientos.
Jugando con tus alas,
alas del pensamiento;
tu, amigo libro,
me llenas de sentimientos.