Nos vimos olvidados en el pasado
de nuestros recuerdos.
Tus manos aún volaban en mi mente,
tus besos en mis labios y tus caricias
susurraban en el borde de mi piel.
A tu recuerdo, lo recuerdo cada instante,
cada noche; en el frío y el atardecer
de esos días que reíamos como locos.
Porque a pesar de tenerte, te recuerdo;
pues cada instante contigo se vuelve eterno.
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