Bailando a ciegas, en la oscuridad;
bailando en mis sueños,
ahí donde siempre estás.
Que vengo del sueño y
caigo a la realidad.
Y tú, dueña de los besos que deseo,
estás ahí, inmutable e infinita.
Y a ciegas, bailando entre tu mirada,
me pierdo en los besos que me das
cada noche al descansar.
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