A veces...

A veces fuego, a veces lluvia;
A veces ambas cosas a la vez.
A veces sol, a veces luna;
A veces sólo un rayo de luz sin color.
A veces día, a veces noche;
Y a veces muero entre los trazos de mi propia suerte.

Y de vez en vez, soy de ella;
esa musa que me atrapa en sus letras,
me seduce en sus versos;
me hace el amor sin conocerme.

Acaricia mi mente, mi cuerpo...
Mi sexo, sediento, se humedece en la lujuria de sus letras.
A veces loco, a veces cuerdo;
y casi siempre, preso de sus besos.
A veces gris, a veces azul;
Aprendiz de letras prendido a su existir.

Tú, mujer

De fuego,
de flamas ardientes que consumen
despacio y muy lento.

Ella es chispa; es caldera que arde sin fin.
Mujer, fiera y tierna, dulce como la miel y
a veces amarga como hiel.

Hecha de sol y de luna;
pasión viviente y desencadenada.
Ella es todo y a veces nada.

Es furia y calma,
el vuelo de un ave libre;
corazón ardiente y enamorado.

Como no quererle si es el verso que escribo,
fuente de un suspiro;
como no quererle sin soy agua y
en su fuego quiero evaporarme.

Luna...

Por si sola es poesía;
ella conoce mis secretos e
ilumina mis noches frías.

Conoce las noches de pasión desenfrenada
de aquellos amantes que se esconden bajo
su luz para profesar su amor.

Es dueña y señora del inmenso azul;
y aunque no tiene luz propia,
sin ella no podemos, los enamorados, vivir.

Quiero...

Quiero llevarte entre mis sueños,
entre las ganas que llevo de besar tus deseos y
abrazar tus pensamientos.

Quiero desnudarte el alma y
descubrir en un mar de besos tu cuerpo;
despojar tu ropa y descubrir tu encanto.

Quiero perderme en las lineas de tu anatomía,
besar tus besos y acariciar tus ganas.
Déjame impregnarme de tu aroma,
llevarte entre mis brazos y prender fuego en tu vientre.