Cuando escribo,
callo las voces que llevo dentro;
expulso sentimientos que
ya no son míos, aunque hayan en mi nacido.
Cuando escribo,
el mundo cabe entre el papel
y la pluma; entre mis pensamientos
y las letras, entre la tinta y los versos.
Silencioso y casi imperceptible,
me adentro en mundos ajenos
sin conocer sus paisajes; despertando
sonrisas y acariciando pensamientos
que nacen como fruto de estos líneas;
se arman rompecabezas inimaginables,
mundos desvanecidos reaparecen
como el fénix y deciden seguir existiendo.
Cuando escribo,
también me enamoro;
me enamoro de la vida,
sus misterios, sus secretos,
cicatrices y aventuras...
Y descubro mundo en la letras
de otros que escriben; mentes habilidosas y
apasionadas, mentes mágicas y enamoradas;
de la vida y de si mismas, de sus letras y su poesía...
Cuando escribo,
el mundo cabe entre la tinta y el papel;
entre un pensamiento y un amanecer.
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