Ahí sentada...

Ahí sentada, como si el tiempo no pasara,
dibuja en el cielo los trazos de un sueño que alguien
le robo.

Ya no sueña como antes; ya no persigue anhelos.
Su sonrisa, esa sonrisa que iluminaba el universo
y contagiaba el alma, ya no es alegre.

Ahí sentada, donde el espacio del silencio
es el sitio donde su alma grita; ella, quien un día
fue feliz, dibuja trazos en el cielo;
trazos que gritan y dibujan la esperanza
de encontrar su sueño, una vez más.